Propuesta de los Franciscanos de María de publicar uno de mis «propósitos» con otras escuelas de agradecimiento.

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Propuesta de los Franciscanos de María de publicar uno de mis «propósitos» con otras escuelas de agradecimiento.

El contenido de esta entrada muestra la última correspondencia enviada personalmente a los Franciscanos de María, los cuales desde un principio mostraron interés en dar visibilidad como ha sucedido de facto a una parte del propósito que pude cumplir hace unas semanas de cara a otras miles de escuelas de agradecimiento. Teniendo en cuenta que por querer acotar espacios y por una falta de compromiso hacia las personas que sufren han terminado por reducir este propósito a una mínima expresión, flagrantemente se ha cometido una grave injusticia que podría servir a otras personas para comprender el motivo por medio del cual muchos como este servidor terminamos viviendo bajo ciertas categorías psíquicas. Teniendo en cuenta esta injusticia, me he visto en la necesidad dar también visibilidad en este Blog para poder defender en primer lugar mi persona así como a todas las personas que puedan sentirse identificadas conmigo, teniendo la penosa experiencia de ser superviviente de los servicios de psiquiatría.

Para quien le pueda interesar conocer sin cesura el contenido del propósito que compartí en primer lugar en una escuela de agradecimiento y al día siguiente con los Franciscanos de María puede dirigirse a este enlace.

Querido P. Santiago Martín y familia Franciscana de María.

Como recordarán el martes día 7 de julio tuve la ocasión de compartir con Uds. el propósito que un día antes pude compartir con mis hermanos en nuestra escuela de agradecimiento. También recordarán que al día siguiente me respondieron escuetamente con el siguiente mensaje: “Su testimonio es espectacular y me gustaría compartirlo, pero necesito su permiso para modificar algunas cosas que podrían ofender a los psiquiatras”.

El mismo día que me dan esta respuesta les dije que por mi parte no habría problema que hiciesen alguna modificación, aunque podría dar como resultado que se perdiera la esencia de vuestro propósito cuando en el Evangelio el Señor nos manda ir como «corderos en medio de lobos». Tal como les dije explayándome un poco más, esto era precisamente lo que quería resaltar también dentro de mi testimonio, es decir la astucia que tienen, el juego sucio… de los psiquiatras. En esta respuesta les dije también que la experiencia de mi cruz en el ámbito de la psiquiatría tenía un bagaje de más de 20 años, y si es cierto que no todos los psiquiatras actúan de esta manera, por desgracia la sociedad en general no tiene apenas consciencia de la gran ignorancia que existe dentro de esta especialidad en la medicina. Les pude comentar a su vez que si hubiese más personas cristianas que denunciasen cuanta mentira, lucro e inmoralidad podemos encontrar en esta práctica a base de la explotación del sufrimiento humano otros muchos podrían abrir más sus ojos a esta realidad, por lo que habría muchos menos malos tratos y se podrían defender mejor nuestros derechos y libertades. Aunque por desgracia venimos a ser muy poquitos los que levantamos la voz, porque sabemos que si hacemos esto vamos a sufrir mayores persecuciones y la mayoría de los cristianos no quieren arriesgarse porque de esta manera perderían gran parte de su comodidad. Pero estamos llamados a ser sal, luz y fermento… Para despedirme les dije además que tenían toda la libertad para modificar lo que desearan, pero que tuviesen en cuenta que si hiciesen esto nunca vamos a desenmascarar de verdad a los lobos y por consiguiente los pocos psiquiatras buenos que de igual manera obran mal tampoco vamos a conseguir que se corrijan.

Desde esta última fecha hasta el presente he tratado de mantener una correspondencia con Uds. en la que principalmente les he rogado para que me pudiesen ayudar y darme algún consejo al respecto.  Por el silencio que han mantenido conmigo en esta correspondencia hasta el presente, ahora tengo la sensación de que solo les ha interesado tener un testimonio válido para rellenar un hueco, en el que no han hecho ninguna modificación, sino más bien una censura donde no solamente se ha descontextualizado el propósito, sino que también le ha servido a nuestro Enemigo para poder crear mayor ignorancia, más confusión y por consiguiente mucho más sufrimiento.

Lamento la reacción que muy probablemente habrán tenido los hermanos de otras escuelas al ver este pequeño fragmento del propósito, más cuando se hayan podido sentir identificados conmigo, pues al no darme la oportunidad ni tan siquiera de haber expuesto éste de forma íntegra, y a resaltar Uds. que lo mío no es una enfermedad física, el contenido de este gran resumen resulta ser verdaderamente desquiciante. Y esto es lo que sucede cuando no nos queremos complicar y no queremos conocer en el fondo los problemas, conflictos e incluso los errores, que la mayoría se queda con una parte de la realidad y para el común de los mortales esto es lo que les hace terminar juzgando para que ciertas personas injustamente entremos en determinadas categorías psíquicas que muchos no saben que afectan a nuestras emociones y dañan incluso nuestra moral.

Como saben la correspondencia que no han querido mantener conmigo quise involucrarles para que pudiésemos luchar juntos en la defensa justa de esta noble causa. Si ahora he podido con la ayuda de Dios abrir un poco más vuestro entendimiento para que comprendan el daño que han ocasionado, por mi parte deben de saber que no siento ninguna aspereza ni tan siquiera malos pensamientos hacia Uds. gracias a Dios. Aunque es mi deber como hermano decirles que con independencia a que hacen mucho bien, por otro lado, esta experiencia cercana que he tenido con Uds. me ha servido para descubrir mejor vuestra identidad, pues si los pastores huyen de los lobos, es que en el fondo son en verdad otros asalariados más.

Es ahora cuando me he dado cuenta de que el P. Santiago Martin, con toda su responsabilidad y tantas ocupaciones que debe de tener no puede ocuparse de todo. Estoy seguro de que para todo tiene la última palabra, y que en algunas ocasiones podrá dedicar un poco de su tiempo a escribirnos personalmente, aunque en este caso muy posiblemente quien se haya o se hayan encargado de este asunto doy por entendido que les ha parecido una rutina más que debían de cumplir de cara a nosotros vuestros hijos. Ahora sé que el P. Santiago no se ha ocupado personalmente de este caso, pues le estimo como una persona muy sabia, más comprensiva y también con mucha mayor sensibilidad humana, pero aprovechando esta ocasión con respecto a todo esto que les he comunicado les debería de servir para tratar de comprender que les falta mucha más caridad y sobre todo una mayor valentía para poder evangelizar de verdad.

Este espuelazo que nos han dado a los “enfermos mentales” por mi parte me va a servir para poder seguir luchando, poniendo mi granito de arena con mi sufrimiento para que algún día juntos con la ayuda de Dios podamos llegar a alcanzar el pleno conocimiento de la verdad.

MUCHAS GRACIAS

Jesús

Para quien le pueda interesar conocer sin cesura el contenido del propósito que compartí en primer lugar en una escuela de agradecimiento y al día siguiente con los Franciscanos de María puede dirigirse a este enlace.

De: consultas@frmaria.org <consultas@frmaria.org>
Enviado: viernes, 18 de julio de 2025 16:38
Para: ‘Jesús del Pino Marín’ <buenanueva@hotmail.es>
Asunto: RE: «La bendición de mi cruz para poder alcanzar el cielo»

Estimado Jesús, sentimos mucho su malestar. Lo hemos hecho lo mejor que hemos podido y están llegando muchas cartas de agradecimiento por su espléndido testimonio de fe en medio de una difícil situación.

De: Jesús del Pino Marín <buenanueva@hotmail.es>
Enviado: sábado, 19 de julio de 2025 9:07
Para: consultas@frmaria.org <consultas@frmaria.org>
Asunto: RE: «La bendición de mi cruz para poder alcanzar el cielo»

Vuestra respuesta era bastante previsible, aunque siguen inmersos en vuestra inconciencia por no saber reconocer que han cometido una grave injusticia, que tal como ya les he comunicado le ha servido a nuestro Enemigo para generar más ignorancia, confusión y por consiguiente mayor sufrimiento. De esta ignorancia no han querido salir Uds. porque al haberme subestimado como “enfermo mental” no habéis dado apenas valor a mis palabras. Cierto es que lo que les he escrito es voluminoso, pero muy posiblemente esto les ha dado pie a no poner demasiada atención porque muy probablemente habrán pensado aquello mismo que le dijeron al Apóstol «¡Estás loco, Pablo! ¡Las muchas letras te han vuelto loco!» (Hch. 26,24).

Me dicen en su respuesta en primer lugar que «sienten mucho mi mal estar». Si estas palabras fueran verdaderamente sinceras en primer lugar no serían tan superficiales como les sucede a las personas del mundo cuando se disculpan frecuentemente con un “lo siento”. Me creería que sentirían verdadero pesar y que en el fondo son Uds. unos buenos religiosos si en vez de decirme que lo sienten hubiesen hecho un acto de humildad y hubiesen en este caso pedido “perdón”. Si el P. Santiago no se lo ha enseñado, ya saben algo importante por parte de este servidor que les escribe, pues desde este momento deben de saber que no es lo mismo excusarse diciendo “lo siento” que pidiendo “perdón”.  Y si de veras lo sintiesen de verdad, deberían de buscar la forma de reparar el daño, aunque se que esto les supondría una gran complicación y un fuerte compromiso en este caso con las personas que tenemos mayor dolor de alma, como es en mi caso.

Por otro lado, me dicen que “lo han hecho lo mejor que hemos podido”. Yo me creería esto también de verdad si la relación que he tenido por medio de correspondencia electrónica hubiese sido más cálida y cercana, pero como ya les he adelantado y ahora les comunico con más claridad, Uds. se han mantenido distantes. He sentido esta distancia especialmente cuando les he pedido vuestra ayuda y consejo, aunque lamentablemente puedo apreciar que las personas que ha dejado al mando el P. Santiago de este servicio están mucho más verdes que yo.

Finalmente, en esta escueta respuesta que me dan parece que les satisfacen los “Likes” más que las profundas palabras de reflexión que les he aportado y que tanto me han costado escribirles diciéndome: “están llegando muchas cartas de agradecimiento por su espléndido testimonio de fe en medio de una difícil situación”. En verdad no sé que ven Uds. de espléndido, cuando ya les he dicho que este enorme resumen del testimonio de mi vida lo han convertido en una caricatura de mi verdadero testimonio que hubiese servido no solamente para evitar deformar y distorsionar una experiencia de más de 20 años como cristiano que lleva la cruz de lo que el mundo considera como “enfermedad mental”. Si hubiesen tenido el valor y el verdadero compromiso de querer hacer algo bueno por nosotros, hubieran accedido a la propuesta que les hice en el periodo de dos semanas de dar visibilidad mi propósito de forma íntegra antes de que publicasen esta caricatura de mi verdadero testimonio, el cual creo que no se han molestado el leerlo para ver si merecía la pena o no que hubiésemos luchado juntos por esta causa noble.

En cualquier caso, para que no vuelvan a cometer el error de ser superficiales con esta causa noble, lo mejor será que guarden ese silencio administrativo que tanto estoy acostumbrado por parte de nuestra Iglesia, cuando he tenido el valor de actuar con parresia y he podido agitar con la ayuda de Dios algunas conciencias. Es más, para mi una o unas personas que no firman su correspondencia y que se dedican como muchas ocasiones le sucede a la administración del Estado cuando hacen sus trabajos sucios bajo el anonimato, prefiero no tratar con ellos.

Un abrazo de mi parte al P. Santiago Martín.

MUCHAS GRACIAS

Jesús

MENSAJE PUBLICADO POR LOS FRANCISCANOS DE MARÍA A TODAS SUS ESCUELAS DE AGRADECIMIENTO

De: santiago@franciscanosdemaria.org <santiago@franciscanosdemaria.org>
Enviado: viernes, 18 de julio de 2025 10:03
Para: santiago@franciscanosdemaria.org <santiago@franciscanosdemaria.org>
Asunto: P.Santiago

Queridos misioneros, esta semana os comparto un testimonio muy especial, que uno de los miembros de las escuelas de agradecimiento, me ha compartido. Es un testimonio que, a mí por lo menos, me ha sobrecogido, pues no se trata de un enfermo físico. Damos gracias a Dios porque, en medio del dolor, el Señor nos da la posibilidad de ser útiles y felices. Os pido también oraciones por nuestro hermano.

“Hace más de 20 años el Señor quiso bendecirme con una gran cruz que, por ser precisamente tan humillante, me ha ayudado a santificarme más cada día. Esta cruz ha sido la de ser etiquetado socialmente por la ciencia con una “enfermedad mental”, que en mi caso particular ha sido un trastorno bipolar. El proceso de mi conversión coincide exactamente con el momento de mi diagnóstico, porque gracias a Dios inmerecidamente el Señor me confió un misterio relacionado con la ciencia de la Santa Cruz, confirmado con una experiencia sobrenatural que supuso la conversión más fuerte en mi vida y que me ayudó a comprometerme aún más con mi fe. Desde entonces debo de decir que, por mis imperfecciones y debilidades, he cometido ciertos errores e imprudencias y he experimentado de primera mano lo que nos dice san Pablo en su carta a los Romanos «aprecio en mi esta conducta: porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago» (7,19). En estos años he sido un superviviente de las astucias de aquellos científicos. Pero desde los principios de esta gran cruz que sigo viviendo en la actualidad el Señor creo que también me ha encomendado la misión de defender y salvaguardar aportando mi granito de arena por los derechos y libertades de nosotros los locos. Como resultado puedo decir que Dios cada día me ha abierto más el entendimiento por medio de mí cruz, para poder comprender mejor a estas personas, que en definitiva están faltas de mucha paz y de amor y personalmente esto me ha hecho sentirme aún más útil, lo que me ha dado, gracias a Dios, mayor satisfacción personal. Finalmente puedo decir también que, por medio de las oraciones de otros cristianos y las mías, me siento un obrero más en medio de la mies de este mundo que como sabemos muchos cristianos es muy abundante” (Jesús, España).

Que Dios os bendiga.

Para quien le pueda interesar conocer sin cesura el contenido del propósito que compartí en primer lugar en una escuela de agradecimiento y al día siguiente con los Franciscanos de María puede dirigirse a este enlace.

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